Chiquito, pero poderoso. Franco Costa parece gigante para San Martín porque siempre aparece en las difíciles, cuando las papas queman y la situación parece a punto de quebrarse.
Una vez más, “Paqui” jugó un puñado de minutos. Los suficientes para aportar pinceladas claves que fueron determinante para que el “Santo” pueda dar vuelta una historia que parecía complicadísima; contra el líder, Racing, y con un hombre menos.
Sólo jugó media hora, sumando esos 5 minutos eternos de descuento, en los que terminó tirándose al piso para marcar y salir desde el fondo con un quiebre de cintura que se robó todos los aplausos, ya que su acción consumió los últimos segundos de un desenlace infartante.
Pero antes que eso, fue decisivo para cambiar la suerte de San Martín en la Superliga y ser una pieza clave de la primera alegría desde la vuelta al fútbol grande. Guapeó una pelota contra Lucas Orbán y le puso un centro como con la mano a Claudio Bieler, que niveló la lucha con un cabezazo seco.
“Todos los partidos son finales para nosotros. Necesitamos sumar muchos puntos, por lo que no podemos regalar nada”, explicó el “Demonio” que no pierde la fe, a pesar que la misión de salvar la categoría no es algo sencillo. “Nada es fácil en Primera. Pero en este juego demostramos que tenemos recursos como para pelearle a cualquiera. Hay que seguir por este camino”, agregó.
Ahora, con las revoluciones mucho más bajas, Costa quiere que San Martín confirme todo lo bueno el sábado en el estadio “Mario Kempes”, ante un Talleres necesitado. “Ellos no viene repitiendo lo que hicieron la temporada pasada. Pero no es un equipo fácil. Mucho menos jugando en Córdoba. Por ese motivo, tenemos que ser inteligentes para poder seguir sumando los puntos que necesitamos”, remató el punta que poco a poco va mostrando su mejor cara.